sábado, 12 de enero de 2013


Las tinieblas argentinas florecen con la Cuarta Pared

Publicado el 12/Enero/2013 | 00:02
Las tinieblas argentinas florecen con la Cuarta Pared
Nicolás Masciotro y Guillermo Ale presentan Patria Perra en el Malayerba

Dos pupilas negras clavan su mirada en el horizonte. Son los ojos del protagonista de Patria Perra, Guillermo Ale, quien actúa en la obra que se estrenó esta semana en el teatro Malayerba. 

"Esa persona que está ahí es mi padre. Nunca estuvo para mí. Jamás pasé con él en mis cumpleaños de la adolescencia, ni le pude contar sobre las chicas que me gustaron. De repente me quedé sin sus consejos de domingo también", dice el joven con un tono desenfadado cuando entiende que su progenitor no le abandonó. Al menos no voluntariamente. Él es un hijo, pero representa a todos los hijos que quedaron huérfanos por la dictadura. 

Su rostro se mantiene inmutable. Parece que la ausencia que dejó su padre ya no tiene remedio. 

Patria Perra es una obra escrita e interpretada por los argentinos Nicolás Masciotro y Guillermo Ale. Ellos se incorporaron hace diez años al grupo de teatro La Cuarta Pared. Después de hacer una gira por su país, llegaron a Perú, siguieron por Ecuador y en una semana partirán a Colombia y Venezuela con esta obra. 

Esta es una historia sobre las consecuencias de la dictadura militar. Habla de un hijo que intenta descubrir por qué su padre salió un día de la casa y no volvió más.

En esta búsqueda, el protagonista se tropieza con otros personajes: un rey o Jefe de Estado, un bufón, la patria y un tasador que la quiere vender.

Sin embargo, los dramaturgos aseguran que esta no es una historia que se limita a la cultura argentina. También es la vida de muchas personas que habitaron patrias donde el desarraigo es constante y duradero. Por este motivo, han elegido esta obra para presentar en los distintos países latinoamericanos que están en su ruta teatral. 

Vestido con un traje rojo de terciopelo, el rey (que representa al poder) entra al salón y revela sus ambiciones políticas mientras lee un discurso escrito por Perón.

La tensión en el auditorio comienza a bullir, pero las carcajadas del bufón mitigan el ambiente. La dictadura ya pasó. Pero su resaca todavía se palpa en la sociedad.

Miles de hombres perdieron a sus padres durante el régimen terrorista de los años 70. El joven argentino intenta abrir un diálogo con su padre, pero la incomprensión gana la batalla.

De repente, el público se paraliza con el primer latigazo que recibe Guillermo Ales por el tasador. Es la patria que está siendo golpeada. Pero ella, indefensa y sumisa acepta el castigo. En el fondo sabe que tiene la culpa. Todos sus habitantes contribuyeron para que muchos fuesen víctimas de un régimen terrorista . El país se dividía en dos: la izquierda y la derecha y los civiles se mataban entre sí. 

"¡Compren a esta puta, a esta ramera!", grita con rabia el mercader que ha puesto su patria a la venta. 

Una sonrisa aparece con disimulo en el rostro del comerciante. Él no quiere que se evidencie su sentimiento de satisfacción.

Y así, patria y tasador, víctima y victimario, son una constante dentro de los diálogos del joven y su padre. Ellos regresan como un fantasma que deambula por las calles de la memoria argentina. Pero la vida de Perón acaba y se escucha: "Con gran dolor debo anunciar al pueblo la muerte de un gran apóstol de la paz y la no violencia".

Entonces el salón del teatro oscurece con el ocaso del rey. Pero sus súbditos quedan destinados para a vivir bajo las tinieblas: más de 30 000 civiles abandonaron involuntariamente a sus familias. Los problemas de identidad cultural empezaron. La desaparición de estos desestabilizó el núcleo familiar y con ellos la herencia intangible de un país. Durante este diálogo, el padre del protagonista recuerda acontecimientos que mancharon su corazón para siempre: su familia no fue la única afectada. Sus amigos también sufrieron esta debacle. Entre ellos estaba el escritor Paco Urondo. Él eligió la vida para su esposa y su hija, pero una pastilla de cianuro para él. Vicky Wolf se rehusó a morir en manos de los militantes. Subió al techo de su casa con un revólver. Se quitó la vida. El violinista no pudo renunciar a la música. Pasó sus últimos días creando melodías. Hasta que alguien llegó y lo aniquiló.

El joven argentino recibe una sorpresa de su padre a última hora. Una novedad que aparece después de que él se dedicara a reunir los fragmentos del pasado de su progenitor.

Ha descubierto la verdad de su pasado. Sin embargo, la nubosidad de sus pupilas negras opaca lo que ha encontrado. Solo él, y los espectadores como cómplices, entenderán lo que ha ocurrido. La muerte, el amor y el temor condena a todos en la obra. Estos sentimientos son los responsables de las decisiones que toman el protagonista y su patria. (MC)

Proceso de investigación
Antes de escribir una obra de teatro, La Cuarta Pared lleva a cabo un proceso de investigación. En el caso de Patria Perra, los dramaturgos recibieron el apoyo del Equipo de Antropología Forense. Con ellos aprendieron cuál es el proceso que deben seguir los hijos de los desaparecidos para reconstruir el pasado de sus familiares. 

El equipo también les orientó en cuanto a qué juicios debían acudir y el perfil de personas aptas para ser entrevistadas en temas tan sensibles como este.

Historia del grupo Cuarta Pared
Masciotro y Ale son dramaturgos de oficio y literatos de corazón. Para ellos las letras y la cultura son la mejor forma de transmitir la problemática que alberga cada país. Desde que se incorporaron al grupo de teatro argentino Cuarta Pared, escriben obras comprometidas con los derechos humanos. Gustavo Delfivo, André Arias y Horacio Rafart también son parte de este colectivo. Este último fundó el grupo en 1992. 

Cuentan con el apoyo del Equipo de Antropología Forense de Argentina.

Datos
La obra se presentará de jueves a domingo esta semana y la próxima a las 20:00. 

El precio es de $6. Las personas de la tercera edad pagan $4.

Bukenbal es otra de las obras de teatro que también presentarán durante su estancia en Ecuador.

Malayerba está ubicado en la calle Sodiro 345 y Avenida 6 de Diciembre.